TECHNOCONSTRUCTIVISMO
Montantes de pladur, planchas de pladur, cable de telecomunicaciones, latas de Monster, pecera de metacrilato con Monster, motor, dos auriculares reproduciendo las sesiones sonoras de PLOM y BDR en loop, amplificador y altavoz modificado reproduciendo frecuencias sonoras entre 30 y 60 hercios en loop.
Medidas variables.
2021
EN
Las ruinas son hoy nuestros jardines
Sala d'Art Jove, Barcelona
16.12.21 - 27.01.22
Si quieres escuchar la pieza sonora, adquiere el link y las credenciales mandando un mail a hola@nataliadominguez.com
Technoconstructivismo es una instalación sonora que medita acerca de los procesos de gentrificación y modificación del territorio, recurriendo a los sonidos repetitivos, mecánicos y de vibración emitidos como consecuencia del uso de maquinaria industrial para transformarlos en composiciones sonoras que hacen referencia a la música industrial y techno.
La instalación cuenta con tres niveles de aproximación. Empecemos por el último. A través de dos auriculares, a modo de silent disco, se escuchan dos sesiones elaboradas por los productores musicales PLOM y BDR. Éstas parten de un archivo sonoro en el que se agrupan diversos sonidos recogidos en espacios cercanos a mi estudio donde se están edificando nuevos complejos residenciales y empresariales. La única norma tanto para PLOM como para BDR era que tomaran esos sonidos para descuartizarlos como ellos creyesen conveniente, inspirándose a su vez en los patrones y ritmos surgidos de los sonidos encontrados.
El segundo nivel, un paso más atrás, es otra pieza sonora, esta vez reproducida a través de un altavoz modificado para que las propias vibraciones sonoras generen vibraciones físicas. A través de sonidos que se mueven entre los 30 y 60 hercios -aquellos que generan la vibración de los ojetos físicos como suelo, paredes y vidrios y también producen problemas de salud relacionadas con el aparato auditivo si se escuchan durante largos periodos - se han generado unos patrones que, además, se modifican por el propio movimiento del altavoz al ser reproducidos.
El último nivel, el más exterior, es la instalación escultórica capaz de albergar toda la carga sonora. Aquí encontramos tres materiales tratados de forma simbólica: las estructuras de pladur, la bebida estimulante monster y el cableado de telecomunicaciones. Para mí, todos estos elementos representan la eficiencia capitalista: una estructura modular epítome de la edificación en colmena empapada de un líquido en constante movimiento -como una fuente de la eterna hiperproductividad- y una maraña serpenteante que todo lo envuelve en un continuo material que nunca acaba2 -referencia a los estados de hiperconectividad e hiperproductividad de nuestra sociedad.
Este proyecto ha sido posible gracias a las ayudas Premis Barcelona 2020 del Ayuntamiento de Barcelona y la convocatoria Art Jove 2021 de la Generalitat de Catalunya.
TECHNOCONSTRUCTIVISMO
Montantes de pladur, planchas de pladur, cable de telecomunicaciones, latas de Monster, pecera de metacrilato con Monster, motor, dos auriculares reproduciendo las sesiones sonoras de PLOM y BDR en loop, amplificador y altavoz modificado reproduciendo frecuencias sonoras entre 30 y 60 hercios en loop.
Medidas variables.
2021
EN
Las ruinas son hoy nuestros jardines
Sala d'Art Jove, Barcelona
16.12.21 - 27.01.22
Si quieres escuchar la pieza sonora, adquiere el link y las credenciales mandando un mail a hola@nataliadominguez.com
Technoconstructivismo es una instalación sonora que medita acerca de los procesos de gentrificación y modificación del territorio, recurriendo a los sonidos repetitivos, mecánicos y de vibración emitidos como consecuencia del uso de maquinaria industrial para transformarlos en composiciones sonoras que hacen referencia a la música industrial y techno.
La instalación cuenta con tres niveles de aproximación. Empecemos por el último. A través de dos auriculares, a modo de silent disco, se escuchan dos sesiones elaboradas por los productores musicales PLOM y BDR. Éstas parten de un archivo sonoro en el que se agrupan diversos sonidos recogidos en espacios cercanos a mi estudio donde se están edificando nuevos complejos residenciales y empresariales. La única norma tanto para PLOM como para BDR era que tomaran esos sonidos para descuartizarlos como ellos creyesen conveniente, inspirándose a su vez en los patrones y ritmos surgidos de los sonidos encontrados.
El segundo nivel, un paso más atrás, es otra pieza sonora, esta vez reproducida a través de un altavoz modificado para que las propias vibraciones sonoras generen vibraciones físicas. A través de sonidos que se mueven entre los 30 y 60 hercios -aquellos que generan la vibración de los ojetos físicos como suelo, paredes y vidrios y también producen problemas de salud relacionadas con el aparato auditivo si se escuchan durante largos periodos - se han generado unos patrones que, además, se modifican por el propio movimiento del altavoz al ser reproducidos.
El último nivel, el más exterior, es la instalación escultórica capaz de albergar toda la carga sonora. Aquí encontramos tres materiales tratados de forma simbólica: las estructuras de pladur, la bebida estimulante monster y el cableado de telecomunicaciones. Para mí, todos estos elementos representan la eficiencia capitalista: una estructura modular epítome de la edificación en colmena empapada de un líquido en constante movimiento -como una fuente de la eterna hiperproductividad- y una maraña serpenteante que todo lo envuelve en un continuo material que nunca acaba2 -referencia a los estados de hiperconectividad e hiperproductividad de nuestra sociedad.
Este proyecto ha sido posible gracias a las ayudas Premis Barcelona 2020 del Ayuntamiento de Barcelona y la convocatoria Art Jove 2021 de la Generalitat de Catalunya.