64 puntales de obra instalados en una de las galerías exteriores del campus de Burjassot abarcan 12 m2 de espacio público transitable. 64 puntales que separan el suelo del techo y evidencian de forma visible la arquitectura que soportan, modificada tanto en su estado como en relación con el transeúnte.

Al ocupar un espacio con elementos de construcción concebidos para evitar el colapso de una edificación, se refuerza su estabilidad al mismo  tiempo que se plantea la posible necesidad de sustento y se condiciona, por otro lado, su funcionalidad.

En última instancia, 12 m² de estabilidad pretende jugar con los conceptos de ocupación y sostenibilidad espacial para plantear cómo sus alteraciones afectan la concepción y signicado del mismo.